Todo es oscuro, el frÃo cala los huesos... He estado aquà antes, tantas veces que casi podrÃa afirmar que conozco este lugar como la palma de mi mano, pero me encuentro tropezando con algo desconocido, lo que sea que haya sido, no estaba ahà antes, he venido tantas veces que sin duda lo recordarÃa, no veo nada, en este lugar siempre hay total oscuridad, me aprendà cada camino, cada obstáculo en el trayecto y sin embargo está ahÃ, no sé como llegó o si alguien lo puso ahÃ... No pierdo el tiempo intentando descifrar que es, solo quiero salir, me asfixia este lugar, los pasillos se perciben más angostos que en la última visita, esto pasa cada vez que vuelvo, me pregunto si llegaré al punto en el que no podré salir, si la habitación en que me encuentro será mi última morada, o si quedaré atrapada en los pasillos en un intento inútil por escapar... Eso no importa ahora, debo salir, me falta el aire... Respira... Sostén... Respira de nuevo y sigue.
Me toma un par de minutos darme cuenta que el obstáculo que encontré antes no es lo único que cambio, los pasillos que solÃan conducirme a la salida ya no están, algo esta mal,
me siento tan perdida como la primera vez, sin saber que me espera adelante, con qué tropezaré... Me asusta... Debo seguir, siempre hay una salida... Al menos espero que eso no haya cambiado.
No sé cuanto tiempo ha transcurrido, pero estoy cada vez más agotada, las piernas me tiemblan, arrastro los pies más lento en cada paso, mis lágrimas ya han encontrado su ruta de escape y yo solo quiero tirarme al piso y ahogarme en ellas.
No puedo respirar, quiero salir, necesito volver...
¿Volver?..
¿A dónde?
No puedo seguir... poco a poco todo se torna de un negro más profundo, si es que eso es posible... No escucho nada... Mis ojos se cierran...
Me despierta un aroma familiar y aunque no logro distinguir que es, embriaga mis sentidos con tanta fuerza en cada respirar que necesito alcanzarlo con urgencia... No estoy más en la oscuridad, me encuentro en una nada distinta... cómoda ¿eso tiene sentido? Ni siquiera soy yo quien dirige mis pasos, mis pies avanzan solos, de alguna forma saben a donde ir, aunque no sé que habrá al final... El aroma es cada vez más fuerte, me reconforta de una manera tan tierna que me hace querer llorar, siento como si fuera una niña pequeña a la que están consolando después de su primer caÃda, ese nivel de paz, esa protección...
Hay un pasillo, por primera vez no es un pasillo abierto, pero es la salida, lo sé, el halo de luz que se forma en las orillas del muro me atrae en demasÃa, corro hacÃa el pero no hay una puerta que abrir, lo empujo y no se mueve ni un milÃmetro... Necesito salir, no porque no pueda respirar sino porque necesito volver... me urge volver... aunque siga sin saber a qué me refiero con eso... Golpeo intensamente, una y otra vez hasta que me sangran las manos, esta vez lloro por frustración y no por dolor... Necesito salir... Estoy tan agotada, necesito sentarme un poco... Pego mi rostro al muro, mis lágrimas se deslizan por su superficie y cuando la primera llega al piso, el muro se mueve, me levanto de un salto, quiero abrirlo de golpe pero sé que será imposible, se está abriendo muy lentamente y el halo de luz es ahora una vibrante mezcla de rosa y violeta, me ciega por lo que parece un momento, sin embargo cuando abro los ojos, el muro se ha ido y se ha llevado la oscuridad con el, miro mis pies, están sumergidos en el agua más clara que pude ver, no es profundo, apenas alcanza mis tobillos, pero es muy cálida, me siento tan tranquila, creo que al fin llegué, me recuesto a disfrutar durante tanto tiempo, que el agua que movà al acostarme, ha dejado de moverse por completo, todo es calma, quietud, paz...
El agua se mueve... es imposible, no habÃa nada más aquÃ, no he movido ni un cabello, pero se mueve, asà que me levanto para ver que ocasionó este ligero oleaje y a lo lejos veo a alguien, tan pequeño que no consigo ver quien es... algo en mà me impulsa a acercarme, cada paso más rápido que el anterior, esta urgencia por llegar me controla... Lo alcanzo... Me mira con una enorme sonrisa y toma mi mano... en cuanto la toca lo entiendo todo, es a él a quien debÃa volver, pone su mano en mi mejilla y sé que estoy a salvo, cierro los ojos, por fin llegué a casa.